Bajo campañas gubernamentales contra la pobreza, corporaciones de comestibles y actores del agronegocio testean nuevas formulaciones que terminan siendo productos ultraprocesados de supermercados. Hoy se experimenta en Argentina lo que, con estrategia casi idéntica, se ha probado -y prueba- en Colombia, Panamá, Bolivia, Ecuador, México y Centroamérica